Fuí como invitado a un congreso sobre la Fiesta y el Alcohol a Bayonne. Acompañaba a un amigo sociólogo M.G., que tenía mucho que decir.
Tras la cena de bienvenida regresamos al hotel. Lo que pasa que como buenos niños traviesos nos escapamos, mientras el resto de los ponentes se iban a sus aposentos.
En realidad los organizadores nos vieron fugarnos, pero nada, nosotros a lo nuestro.
Yo que soy un alcagüete irredento había oteado un barco sobre el rio. Ahí anclado. TALAIA. En cubierta servían cenas, y debajo funcionaba un club de música. Hicimos "clubber" y tomamos dos cervezas. Hablamos sobre lo humano. Con el agua al cuello. Se veía un puente y luces preciosas en la noche. No logro recordar que dirección llevaba la corriente. Es algo que me explicó Mario y que tenía que ver con las mareas. Días mas tarde oí cantar Bésame Mucho como nunca de bien. Había una chica bastante bella que lo bailaba bastante mal. Me pensé bastante si sacarla a bailar. Desde entonces tarareo a menudo, bésame, bésame mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario