jueves, 30 de abril de 2009

La importancia del Nueve

Tengo a mi lado un peso convertible, de Cuba. Dos llamadas perdidas, pero ¿a quién se le ocurre llamar a la hora de la siesta?. Tres veces te engañé, tres veces te engañé, tres veces te engañé. Cuatro ideas en la cabeza, convertibles, como el peso cubano. Cinco, es la hora, siempre a las cinco de la tarde, las cinco en punto de la tarde. Seis me resulta lo menos cómodo del mundo, aunque está relacionada, la hora, con la siesta. Es posible que siesta sea el sueño de la hora sexta. No sé. Tal vez. Siempre jugué con el número siete a la espalda ( tal vez, para estar mas cerca de tu corazón). El Ocho es un libro de moda, que no leeré nunca. Y ahora resulta que tengo NUEVE SEGUIDORES en el blog, ví en un país lejano un hotel que se llamaba La Puerta Nueve. Y a menudo discuto con una chica que se llama Nona

miércoles, 29 de abril de 2009

LUNES VEINTISIETE DE ABRIL

¿Puede hacerse trampa en esto de los blogs?.
Engañemos pues al tiempo. No soportaba la idea de saltarme el posteo de los lunes y hoy es jueves.¿Qué pasó el lunes?. ¿Puedo alterar desde aquí y desde ya el pasado?. Y viceversa.
Imaginemos que fui muy feliz el lunes, pero no era lunes. Pero no era feliz. Y así todo.
Algo tiene abril, que altera el tiempo.

lunes, 20 de abril de 2009

EL IDIOMA QUE YO HABLO

Por lo que quiera que sea, en los últimos tiempos, he reflexionado, partiendo de la frase " es que hablamos idiomas diferentes", en el idioma que yo hablo.
No he llegado a ninguna conclusión. Pena de chico. Pero convendré algunos apuntes.
El idioma que yo hablo es básicamente tabernario, o sea, tiene humo y es ronco, y gritón. Si no no te oyen. Tiene algunas onomatopeyas (imito el ruido del gotero y el sonido de la leche cuando se calienta en la cafetera de la cafetería). Y muchas, muchas prosopopeyas (en mi mundo lloran los lagartos). Algunas frases de mi madre (te has puesto la chiminea el macho Pingo- cuando te arreglas mucho, que no es mi caso-; tienes mas leyes que Isabal), y de otras madres ( date tono mariquita que te festeja un fematero).
Si a veces mi lenguaje se vuelve culto, muy pocas veces, casi ninguna vez, tiene que ver con el amor que tengo por las palabras. Las compro y las vendo a la mínima que puedo.
A veces, por las mañanas me levanto con una palabra por la mañana y la tengo que decir en un momento u otro del día. Digo: Posteo de los lunes.
Tengo poco amor por los anglicismos, y es que, en el remolinero cerraú que yo hablo, eso está mal visto.
O sea, yo no le puedo decir a mi tía Violeta; Violeta its beautiful la vida.
Ah¡ y detesto-amorosamente dicho- los que ponen los dedos para los entrecomillados, y los que dicen déjame hablar a mi que yo te he dejado hablar a tí.

viernes, 17 de abril de 2009

Dias de perros

Cuando trotamos por la huerta, Guille y yo, a veces somos saludados por algunos perros. Él me dice, tú tranquilo, los perros huelen el miedo. Yo eso no me lo creo.
Hace poco hemos conocido a dos pequeños. Son perros lobos. El Guille me dice, tu salúdales antes de que se vuelvan grandes. Y nos paramos y nos lamen, y quieren jugar con nosotros.
Un día que estaba yo batiendo el record del mundo de los diez kilometros, los perros me vieron y salieron detrás de mí. Me jodieron el record. El Raúl, su amo, llamándolos, pero quesiquieresarrozcatalina. Tuve que volverme a dejarlos ahí, en su almacén.
Me ha dicho Raúl que se llaman, Luna y Sol. Es lindo eh?. Se lo pregunté, es que nosotros les deciamos: EH CUÑAÚS¡¡¡.
Esta mañana cuando enfilábamos hacia ellos, he gritado: ¡SOL¡. Y me ha mirado uno. Luego he dicho:¡ LUNA¡. Y me ha ladrado otro. Algún día les hablaré de Blas. Otro perro.