es una pena que el chico no lea esto. el blog, digo. este post, digo.
todos los domingos por la mañana quedaban en el bar, ahí los dos. primero llegaba el chico, y cuando se acababa la mañana y como aquel que no quiere la cosa, llegaba ella. era de ese tipo de gente ( ella) que entra y ya están pensando en irse. tipo Ch.G. : ponme una caña que me voy. y el parecía que podría quedarse ahí para siempre.
pues bien, y casi por diez años o más, el chico le contaba a la chica lo que había almorzado por la mañana, con quién había almorzado, quién esteban almorzando y dónde había almorzado lo que había almorzado.
en la Haute Riviere el almuerzo es lo que se come entre el desayuno y la comida.
Los dos chicos viven, pero o cambias de conversación o mi cuento ( esto es un cuento) va a acabar mal. o sea, la chica no te escucha, pero el día que te escuche no va a quedar contigo los domingos por la mañana.