lunes, 16 de marzo de 2009

Apellidos

Estoy obsesionado con los apellidos.
Nunca me acaban de convencer lo suficiente. Ahora hago poemas, al amanecer, con apellidos: Poema García, poema Gutierrez, asi de original.
Hay apellidos que necesitan el segundo, para tener mas fuerza. Tal que a la hora de las presentaciones. Me atrevería a decir que hay dos apellidos que necesitan un tercero. Eso suele pasar, cuando el primero es vulgar, y el segundo es noble, o más complicado.
El tercer apellido, te lo inventas, y ya está. A poco que veas a la persona, se lo endilgas. Y le pones, Falcó, y una rayita. A saber: Giménez Alonso-Falcó.
Hay otros, como el de la Rossenvringe, Gungenginhem, que son una pasada de raros. Y siempre los digo mal. Menos mal que no conoceré ni a Cristina, ni a Peggy.
Y por último, el colmo, es que nunca me acuerdo de como se llama mi mayor enemigo por estos lares. Ochotorena, Urabarrena, Oñaindía...¿Pero cómo es posible?

3 comentarios:

  1. sobre todo una rayita...que eso siempre está bien en la cosa de la jetset
    y giménez-arnau
    el que más sabe de rayitas

    o.

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  2. añadir el de e inventar una segunda parte, como con el guión, también está muy bien: por ejemplo, aquel Escriba Albás que se convirtió en Escrivá de Balaguer Albás.

    Besos

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