con sus últimas fuerzas, se arrastró hasta el retrete, y allí sin más fuerzas parió hacia el amanecer. Dice que entonces se sintió muy confusa, y luego, congelada, porque en el baño de servicio entra la nieve, apenas tuvo fuerzas para alzar al niño. en cuanto a ustedes les ruego que se abstengan de juzgar, pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás
Fragmento de La infanticida Marie Farrar ( Bertold Brecht)
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