querido Baudelaire, me alegraré que al recibo de esta te encuentres bien, yo bien, dando gracias a Dios.
quería hacerte saber que me molesta un poco, que no me digas adiós, por la calle. tampoco es que me perturbe, pero ya sabes que en los pueblos pequeños es de buen ver decirse hola adiós o hacerse así con la cabeza.
aquello que pasó, yo no tuve la culpa, cuando la armaste yo estaba en la siesta, y luego te dijeron algo, pero en serio que no fui yo.
es tu cabeza.
recuerdas que no fui capaz de enseñarte los límites ? pues así todo.
has sido torpe por naturaleza, como yo. pero claro, te has dedicado a ser un cabezudo y un amargado, ahí no te he seguido.
ojo con el kharma, Baudelaire, ojo con el kharma.
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