cuando salía de comer me saludó un don. pensé en quién eran sus hijos y no logré acordarme exactamente.
se me iba la cabeza a su cuñado. el tió Félix, el del agua.
estuve pensando que a mi me caía bien el tió Félix, el del agua. era un señor muy educado, de mirada afable, y además me resultaba precioso ese sobrenombre. he probado a nombrarme: DAVID, EL DEL AGUA.
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