hemos hablado de vivir en los pueblos y a la que se ha ido me he dado cuenta de que no le he dejado contarme un cuento y entonces creo que me voy a inventar un cuento que la cuentera me podría haber contado.
una mujer de Ayerbe era como una especie de curandera, y hablaba con dos médicos italianos que se llamaban Enricco y Antonio.
como quiera que cuento mal los cuentos me he dejado de decir que hablaba con los espíritus de los médicos, no con los propios médicos.
la mujer sabía las cuatro reglas y sabía pero no sabía italiano.
el cuento es que les puso a dos de sus hijos (tuvo varios) los nombres de los médicos italianos.
eso me lo ha contado su bisnieto y yo lo cuento como si fuera un cuento que yo me he inventado. su bisnieto es poeta.
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