desde que Pacho Centeno, el colombiano, me contó un cuento, soy prudente en decir determinadas cosas. por ejemplo
me abstengo de decir, hoy los pájaros estaban inquietos. no vaya a ser que alguien crea que eso es el presagio de una catástrofe y quemen el pueblo, tan lindo e tan chiquito ( si, digo, e, digo e).
pero esta mañana el río estaba ciertamente raro. en la primera visión una acequia que vertía al cauce despedía como un humo o niebla.
luego nos hemos dado cuenta que una especie de niebla se posaba sobre el Ebro. mi compañero de correrías ha dado una explicación que no he entendido mucho. por el cansancio.
pero no digan nada, el día ha estado bien, normal.
no piensen raro.
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