conocí a una chica que se hacía llamar Alabama, antes de anoche.
fui a los Chueca y me dijeron, a ti que te gusta el cine tienes que ver Alabama Monroe.
les hice caso.
es una película de dolor, para ver en el cine para ti solo, que es como están los cines últimamente.
recuerdo que en el cierre de los Renoir una chica dijo que qué pena, que ella había visto ahí talpelícula. investigué la película que hacía doce años la habían estrenado. qué pena de chica.
pero yo quería hablar de Alabama.
en la película, la prota /sublime/ se cambia el nombre, con una seguridad aplastante.
si tú te tatúas el nombre de tu amor, y dejas de amarlo, te puedes poner un dibujo encima, o borrarlo.
pero yo quería hablar de Alabama.
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