los que saben de la existencia del parque de bicicletas no se habían enterado de que el sábado por la noche desapareció la bicicleta azul, la más vieja, una orbea de armas tomar. el consuelo de los clientes era decir, "algún soso que se la habrá llevaú".
esta mañana a las nueve de la madrugada cuando nos íbamos a correr allí estaba, apoyada en la pared,
sola como una palma.
y le he dicho:
coño, quien hay aqui¡¡¡.
pues eso.
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