uno de los actos de amor fraternal que conozco es correr diez kilometros a las nueve de la mañana junto al Ebro ( por la espesura de las arboledas, por los calores, hablando de su María, de lo jodido que está el trabajo) con tu hermano.
en estos tiempos.
ojalá pudiera sentir corriendo a las 9 de la mañanas junto al Ebro, las charlas de mi hermano David con mi otro hermano, no importa el calor, ni las arboledas... ni los tiempos raros que nos tocan vivir, solo el sentido de estar junto a quien uno quiere.
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