Una vez llevaba en un bolsillo un diente de ajo. Era como que quería llevar en el bolsillo toda la energía de la tierra. A los años, una mujer terrible, envuelta en dudas, me lo dijo: tú,antes,llevabas un ajo en el bolsillo.
Luego me clavó el diente. La mujer.
Ahora, a veces, llevo un poema en el bolsillo. Desde que le dijera al poeta OGM, que yo siempre llevo un poema en el bolsillo. Es más, le dije, ¿pero quién no lleva un poema en el bolsillo?. Todo chulo.
Alguna mujer, o un hombre, me recordarán con un poema en el bolsillo, dentro de pocos años.
No me claven poemas. Por favor.
Mi amiga saramaga tiene un blog que se llama nueces en los bolsilos.
Si juntas, un poema, nueces y un diente de ajo, y luego lo majas, en un mortero, saldrá lo que salga, pero algo saldrá. Seguro.
algo bueno, seguro. el lunes tengo invitados a comer. ganas me dan de decirle un poema al pastel de carne, seguro que sale mejor. las viejas, para ver lo que tardaba en subir la masa, no contaban el tiempo por poemas, lo contaban por avemarías, pero yo lo voy a contar con la canción número 12 de neruda: para mi corazón basta tu pecho...
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