jueves, 30 de abril de 2009

La importancia del Nueve

Tengo a mi lado un peso convertible, de Cuba. Dos llamadas perdidas, pero ¿a quién se le ocurre llamar a la hora de la siesta?. Tres veces te engañé, tres veces te engañé, tres veces te engañé. Cuatro ideas en la cabeza, convertibles, como el peso cubano. Cinco, es la hora, siempre a las cinco de la tarde, las cinco en punto de la tarde. Seis me resulta lo menos cómodo del mundo, aunque está relacionada, la hora, con la siesta. Es posible que siesta sea el sueño de la hora sexta. No sé. Tal vez. Siempre jugué con el número siete a la espalda ( tal vez, para estar mas cerca de tu corazón). El Ocho es un libro de moda, que no leeré nunca. Y ahora resulta que tengo NUEVE SEGUIDORES en el blog, ví en un país lejano un hotel que se llamaba La Puerta Nueve. Y a menudo discuto con una chica que se llama Nona

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