jueves, 27 de enero de 2011

ayer

ayer por algún extraño designio informático no pude escribir ( aquí)
y estaba inquieto,
con que al poco, en la tarde zaragozana, saqué mi libreta montevideana y anoté un verso
qué tristeza a la salida de los cines
(qué laberintos de la soledad)

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